El pontificado de Juan Pablo II se caracterizó por fortalecer la autoridad de la Iglesia, reafirmar la ortodoxia y promover la cultura católica a nivel global. Durante la III Conferencia Episcopal Latinoamericana de 1979 en México, el Papa proyectó su visión del mundo, haciendo énfasis en la lucha contra el comunismo dentro de la Iglesia a través de la Teología de la Liberación. Nora Pérez-Rayón nos invita a reflexionar sobre cómo esta visita marcó un cambio en la política internacional del Vaticano y en las relaciones entre la Iglesia y el Estado mexicano. El discurso de la prensa, aunque crítico en ocasiones, ha contribuido a mantener la separación entre la Iglesia y el Estado, manteniendo un respaldo al Estado laico.