Los economistas son individuos comprometidos con la planificación, pero en realidad no hay planificadores inocentes entre ellos. Manipulan a los gobiernos, aconsejan en decisiones de guerra, crean burbujas económicas, crisis y depresiones, se involucran en negocios bien remunerados, desarrollan fraudes, difunden rumores, crean ilusiones y pretenden que la economía es una ciencia. Incluso lograron convencer a la Comisión Nobel de crear un premio especial para ellos, desatando un escándalo por no hacer lo mismo con peluqueros, cocineros u otros artistas. Esta es la idea central que se revela al leer el ensayo de Bernard Maris.

Maris explora las obras de Michel Houellebecq y encuentra argumentos sociológicos, políticos, ecológicos, humanitarios, antropológicos y más, reflejando la perspectiva de los únicos economistas respetables de la historia: Adam Smith, David Ricardo, Marx y Keynes. A pesar de su título, «Houellebecq Economist» no es un libro de economía en sí, sino un análisis punzante de las novelas, poemas y prosas del polémico escritor contemporáneo. Escrito con el mismo humor y desconcierto característico de Houellebecq, el libro se convierte en una valiosa guía para comprender su obra y una reflexión sobre la profundidad de su pensamiento. Maris afirma que no hay nadie en la era moderna con la inteligencia de Houellebecq.