En este trabajo se busca desmitificar la inocencia de la información, demostrando que las noticias son un mandato y el periodismo es una forma de influencia social. Incluso nuestras conversaciones personales tienen un impacto en nuestro entorno. Se señala que toda comunicación, ya sea escrita, hablada o vista en una película, tiene la intención de dirigir. Sin embargo, esto no siempre se logra, ya que la información solo determina decisiones cuando es aceptada por quienes la reciben. En la sociedad actual, los medios para imponer esta aceptación se han perfeccionado, mientras que las defensas de quienes la transmiten son débiles y poco valoradas.